Tratamiento con células madre antienvejecimiento
Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa. La diversidad que se aprecia en la vejez no es una cuestión de azar.
Entre las afecciones más comunes de la vejez cabe citar la pérdida de audición, las cataratas y los errores de refracción, los dolores de espalda y cuello, la osteoartritis, las neumopatías obstructivas crónicas, la diabetes, la depresión y la demencia. A medida que se envejece aumenta la probabilidad de experimentar varias afecciones al mismo tiempo.
La vejez se caracteriza también por la aparición de varios estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes geriátricos. Por lo general son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen, entre otros, la fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión.
Afortunadamente, el tratamiento con células madre ha demostrado ser altamente eficiente en la mejoría de muchos de estas condiciones presentadas en los años dorados.
Utilizando células madre multipotentes cultivadas en laboratorios certificados, las aplicamos vía intravenosa, donde las células viajan a través del torrente sanguíneo hacia hacía todo el cuerpo, liberando exosomas, los cuales generan factores de crecimiento que poseen propiedades regenerativas, promoviendo así la reparación de los órganos y el rejuvenecimiento de los tejidos, generando un efecto antienvejecimiento de manera completa y duradera.
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